Asientos preferentes para los pobres. Destino: Ciudad de la Paz
Los viajeros a la Ciudad Santa, Ciudad de la Paz, tienen un tren que les lleva gratis. Algunos lo llaman el tren de la historia. Viajeros en busca de un lugar donde reina la justicia y la paz. Una promesa que ya anunciaba Isaias (Isaias 11) proclamaban los Salmos (Salmo 85) y que Jesús anunció como su programa al inicio de su vida pública (Lucas 4: 14-20). En este viaje hay asientos preferentes para los pobres.
Así se lee en Lucas 4:
«Jesús volvió a Galilea por la fuerza del Espíritu, y su fama se extendió por toda la región. El iba enseñando en sus sinagogas, alabado por todos. Vino a Nazaret, donde se había criado y, según su costumbre, entró en la sinagoga el día de sábado, y se levantó para hacer la lectura. Le entregaron el volumen del profeta Isaías y desenrollando el volumen, halló el pasaje donde estaba escrito: <<El Espíritu del Señor [está] sobre mí, porque me ha ungido para anunciar a los pobres la Buena Nueva, me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, para dar la libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor.>>
Enrollando el volumen lo devolvió al ministro, y se sentó. En la sinagoga todos los ojos estaban fijos en él. Comenzó, pues, a decirles: «Esta Escritura, que acabáis de oír, se ha cumplido hoy.»»
Lucas, 4 – Bíblia Católica Online
Escuchemos también lo que vio María Valtorta en este momento:
Y oigo el comentario que hace al respecto, diciendo de sí mismo que es «el portador de la Buena Nueva, de la ley del amor, que pone misericordia donde antes había rigor; por la cual todos aquellos que, por la culpa de Adán, padecen enfermedad en el espíritu, y, como reflejo, en la carne – porque el pecado siempre suscita el vicio y el vicio enfermedad incluso física – obtendrán la salud; por la cual todos los prisioneros del Espíritu del mal obtendrán la liberación. Yo he venido – dice – a romper estas cadenas, a abrir de nuevo el camino de los Cielos, a proporcionar luz a las almas que han sido cegadas, oído a las sordas. Ha llegado el tiempo de la Gracia del Señor. Ella está entre vosotros. Ella es ésta que os habla. Los Patriarcas desearon ver este día, cuya existencia ha sido proclamada por la voz del Altísimo y cuyo tiempo predijeron los Profetas, y ya, llevada a ellos por ministerio sobrenatural, saben que el alba de este día ha roto, y su entrada en el Paraíso está ya cercana, exultando por ello en sus espíritus santos a quienes no falta sino mi bendición para ser ciudadanos del Cielo. Vosotros lo estáis viendo. Venid hacia la Luz que ha surgido. Despojaos de vuestras pasiones para resultar ágiles en el seguir a Cristo. Tened la buena voluntad de creer, de mejorar, de desear la salud, y la salud os será dada; la tengo en mi mano, pero sólo se la doy a quien tiene buena voluntad de poseerla, porque sería una ofensa a la Gracia el darla a quien quiere continuar sirviendo a Satanás.
María Valtorta. #106 Primer año de la vida publica de Jesús
El murmullo se desata en la sinagoga.
Sobre este texto se ha desarrollado una teología, la «teología de la liberación» que hace una elección preferencial por los pobres; en la que se enseña a acompañar al pobre, ayudándolo en sus necesidades para el viaje a la Ciudad Santa, mientras ésta se construye; denunciando, con voz profética, las estructuras políticas, económicas y sociales perversas que crean la pobreza y la opresión de sus hermanos de viaje.
Son viajeros que luchan por construir una sociedad justa con objeto de recuperar su dignidad perdida. Adoptan como modelo de vida la del «Jesús histórico», que asume la austeridad y la pobreza para ser libres frente a los poderes de este mundo.
Tenemos asientos preferentes para los pobres.
Yo me pregunto ¿es ésta nuestra teología? No, pero tiene elementos buenos. Para mi tiene elementos novedosos que explorar. Dicho de otra manera, escuchemos al Papa Francisco.
¿Debe ser este nuestro modo de actuar? Sí o no. Meterse en las sandalias de Jesús requiere cambios drásticos. ¿Podemos seguirle, sin meternos en sus sandalias? Sí, pero es un viaje que no busca comodidades.
¿Debemos ser profetas denunciando todas las estructuras de nuestra sociedad que no funcionan? Sí, la misión profética incluye la denuncia del pecado, pero nuestro signo distintivo no será la denuncia sino proclamar la Buena Nueva.
¿La justicia y la paz van a venir mediante un triunfo histórico de la Iglesia en forma de un proceso creciente de mejora y progreso? No, (CIC 677) El tren se ha parado en tu puerta. Aprovecha el trayecto. No quedan muchas paradas.
¿Por que hay asientos preferentes para los pobres? Porque, el que tiene nada, entiende y acoge mejor el amor de Dios y su misericordia para con todos y una vez se experimenta se intenta vivir en sintonía y comunión con ese Dios cuyo amor no conoce límites ni barreras.
¿Entonces … qué?
Debemos dar la Buena Nueva, el billete del tren: Dios te ama a pesar de tu pasado, a pesar de tu presente. El es fiel, no te dejará solo, te llevará de la mano siempre. Confía en Cristo, murió por ti y ha Resucitado para decirte que tu también resucitarás para vivir su Paz y su justicia.
El que acoja la Palabra, el billete, será edificio de Dios (1 Corintios 3:9) para la ciudad Santa, donde Dios habita (Apocalipsis 21: 23).
¡ Permanece en el tren, se fiel ! Te llevará a su destino: Ciudad de la Paz.
Pero …. ve y no peques mas (Juan 8: 11)
¿Y yo? … Si alguien te pide que le acompañes una milla, acompáñalo dos millas. (Mateo 5: 41)
Pero … Id y dales vosotros de comer (Lucas 9: 13)
Pero … Sanad enfermos, resucitad muertos, limpiad leprosos, expulsad demonios; de gratis lo recibisteis, dad de gratis. (Mateo 10:8)
Pero … Hombre de poca fe, ¿por qué dudas? (Mateo 14: 31)
Tenemos asientos preferentes para los pobres.
Continuará …
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