Carta del Director
Puentes 11
Estamos inmersos en el año de la misericordia. Esto debería repercutir en nuestros actos, nuestras intenciones, para que la iniciativa del Papa Francisco no caiga en vacío, y nos lleve a profundizar sobre el rostro misericordioso de Dios.
En su mensaje para la 50 Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, precisamente
«nos invita a reflexionar sobre la relación entre la comunicación y la misericordia. En efecto, la Iglesia, unida a Cristo, encarnación viva de Dios Misericordioso, está llamada a vivir la misericordia como rasgo distintivo de todo su ser y actuar. Lo que decimos y cómo lo decimos, cada palabra y cada gesto debería expresar la compasión, la ternura y el perdón de Dios para con todos. El amor, por su naturaleza, es comunicación, lleva a la apertura, no al aislamiento. Y si nuestro corazón y nuestros gestos están animados por la caridad, por el amor divino, nuestra comunicación será portadora de la fuerza de Dios».
Hemos de transmitir misericordia. Y desde Cetelmon y Radio de la Paz, tenemos la responsabilidad de ser portadores de Dios,
«para tocar el corazón de las personas y escuchar un determinado programa, optas por apoyar el encuentro o la crítica, das tu apoyo a los que quieren sembrar y construir un Reino de Paz, o alientas a los que juegan con el ser humano como objeto de entretenimiento para los demás. El hombre de hoy está herido, no conoce a Dios, no ha tenido esa oportunidad. Es nuestra labor ser testigos de su Amor.
«Para esto es fundamental escuchar. Comunicar significa compartir, y para compartir se necesita escuchar, acoger. Escuchar es mucho más que oír. Oír hace referencia al ámbito de la información; escuchar, sin embargo, evoca la comunicación, y necesita cercanía. La escucha nos permite asumir la actitud justa, dejando atrás la tranquila condición de espectadores, usuarios, consumidores. Escuchar significa también ser capaces de compartir preguntas y dudas, de recorrer un camino al lado del otro, de liberarse de cualquier presunción de omnipotencia y de poner humildemente las propias capacidades y los propios dones al servicio del bien común».
Escuchar, compartir, acoger. Toda persona es comunicadora del mensaje de Jesús, porque todos podemos acoger a nuestro hermano y escucharle, comprenderle, apoyarle, para ayudarle a sanar su corazón herido.
«El encuentro entre la comunicación y la misericordia es fecundo en la medida en que genera una proximidad que se hace cargo, consuela, cura, acompaña y celebra. En un mundo dividido, fragmentado, polarizado, comunicar con misericordia significa contribuir a la buena, libre y solidaria cercanía entre los hijos de Dios y los hermanos en humanidad».
Vivamos en la misericordia y podremos comunicar misericordia
Hno. José Clemente, fmp
Director de Cetelmon y Radio de la Paz
* Textos entrecomillas extraídos del Mensaje del Papa Francisco para la 50 Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales
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