Lo bueno, bello y verdadero, solo ésto nos alimenta.
Os voy a explicar algo sobre estos tres estereotipos que usamos para hacer nuestro y asimilar lo que nos rodea: Lo bueno, bello y verdadero.
Había una vez una comunidad de ranas que vivían felices en su charca. Corría una leve corriente de agua limpia que traía mucho alimento, también peces que estaban encantados de comerse a los renacuajos.
Con ayuda de algunos amigos del bosque consiguieron estancar las aguas para evitar la entrada de peces. Pero entonces cuando llegaba el calor la charca se secaba y tenían que irse a otros lugares.
Pensaron: “En cualquier caso no podremos evitar que los pájaros diezmen nuestras crías”.
Así que volvieron a abrir el cauce del río. Pero el agua que antes era limpia ahora venía contaminada con sustancias radiactivas.
La contaminación fue poco a poco cambiando todo pero llegaron a acostumbrarse.
Algunas de las ranas, que se habían ido cuando la sequía, volvieron y vieron con horror como sus antiguas amigas habían sido deformadas por la radiación, pero estaban felices. Ahora no había peces ni pájaros que quisieran comérselas. Enfermaban, morían muchas pero pensaban: “esto es la modernidad, el estado del bienestar, venir y disfrutar, la vida es corta.”
Es desolador ver como lo bello se degrada a nuestro alrededor, pero aprendiendo a descubrir ventajas del cambio nos acomodamos y acabamos tan degradados como lo que nos rodea sin advertirlo.
Este proceso se produce en nuestra sociedad. Lo llamamos modernidad y estado del bienestar y sin saber cómo llegó la pereza, la gula, la lujuria, la envidia, la avaricia, la soberbia y la ira.
Esta transformación se produce porque alteramos nuestros valores, nuestras prioridades. Fijémonos en tres puntos clave como son nuestra percepción de lo bueno, bello y verdadero que utilizamos como filtro para hacer nuestro lo que nos rodea.
Lo bueno, bello y verdadero es el tamiz
Desde pequeño nos enseñan lo que podemos y debemos comer. Por ejemplo nuestros padres nos enseñan a comer un quesito, nos explican que tienen calcio y nos ayuda a crecer y fortalecer nuestros huesos y nosotros vemos, olemos y gustamos el quesito y lo comemos, lo asimilamos. Somos lo que comemos.
Es verdadero porque nos lo dice alguien con autoridad sobre nosotros, es bueno porque nos explican el beneficio que aportan y su belleza la reconocemos por el color, el olor y el sabor. Todo lo que pasa este tamiz lo comemos sin pensar.
Si vamos a casa de un amigo y nos dan a comer, como novedad, queso azul, enseguida lo rechazamos, no pasa el filtro del BBV que nos han enseñado. Solo reflexionado sobre lo que es y por un acto de voluntad podremos alterar nuestro filtro y acostumbrarnos al queso azul.
Con las ideas pasa lo mismo. Toda idea que pasa el filtro BBV la asimilamos sin pensar y se hace nuestra y la incluimos en nuestra vida como una cosa propia. Si por el contrario una idea queda bloqueada por el filtro BBV, queda a la espera de ser analizada o debatida antes de asimilarla. y por un acto de voluntad la haremos nuestra y cambiará nuestro filtro.
Por tanto cambiando los cánones de que se considera bueno, bello y verdadero cambiamos a la sociedad.
Así vemos como el canon de belleza cambia a través de hacernos gustar lo feo en el arte, en la música, en el cine, …
La verdad se construye repitiendo mentiras una y otra vez. Los medios de comunicación, la televisión, Internet, … adquieren autoridad sobre nosotros, porque le damos ese poder, interfiriendo en lo que asimilamos y hacemos nuestro.
La bondad de las cosas se cambian dándonos razones nuevas en virtud de los avances, los descubrimientos científicos, etc. y algo que antes era bueno ahora es malo o viceversa, basado en cosas falsas que se hacen pasar por verdaderas.
Y sin darnos cuenta nuestra charca se convierte en una ciénaga pestilente, pero nosotros vivimos en ella felices por su modernidad y el bienestar que nos produce, sin ver la basura que el mundo ha ido vertiendo sobre nosotros y nosotros hemos ido aceptado voluntaria o involuntariamente.
¿Quién ve el cambio? el que permanece fuera de la charca.
Dios es el mismo siempre y es el único que puede ver y avisarnos de que las cosas no van bien. Y el que a pesar de todo nos ama con misericordia pues levanta de la miseria moral al hombre que ha pecado.
Leamos más la Biblia, siempre nos cuenta el hoy de Dios, para ti, para mi, para cada uno de nosotros.
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