Príncipe de Paz, nombre de Jesús, el Cristo

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Estay trabajando sobre la figura de Jesús y he descubierto un nuevo nombre: Príncipe de Paz. Nombre que le da el profeta Isaías:

Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre «Admirable», «Consejero», «Dios Fuerte», «Padre Eterno», «Príncipe de Paz».
Isaías 9:6

Bueno, este era el nombre de su cuarto hijo: Pele yo-es el guibor abi-ad sar-shalom: «Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz» (Isaías 9:6) que junto con los otros tres se convierten en los nombre de los hijos de Isaías que fueron puestos para trasladar a su pueblo los signos y promesas de Dios (Isaías 8:18)

Los otros tres hijos se llamaban:

Sear Jasub: que significa «un remanente retornará» (Isaías 7:3).
Emmanuel (Isaías 7:14), que significa «Dios con nosotros»
Maher Salal, Jas Baz (Isaías 8:3), que significa «botín veloz, presa rápida».

Pero de ellos hablaremos otro día.

Aplicado a Jesús, el Cristo, ¿qué nos dice?

La paz en Isaías tiene que ver en primer lugar con la paz política y teológica. Es decir una paz que elimina toda amenaza de los enemigos Asiria y Babilonia, como también la paz entre el pueblo de Dios con su Dios. En aquella época el poder de ambos imperios trajo mucha desolación sobre el pueblo Judio. En el libro de Isaias, Dios explica que fue por la rebeldía del pueblo hacia él, que envió estos ataques (Isa 10:5; 43:14). Si no había paz entre el pueblo y su Dios, no habría paz política.

La paz que Jesús trajo no fue la eliminación del antagonismo entre Judios y Romanos, ni entre escribas, fariseos, saduceos, zelotes, herodianos y samaritanos.

Tampoco trajo un consenso entre mayorías, que es otra definición de paz, pues el consenso no define la verdad que Cristo trajo, sino mas bien fue signo de contradicción (Lucas 2, 36), espada que divide (Mateo 10:34-36).

¿Qué paz nos trajo Jesús? La paz que trajo fue la reconciliación con Dios Padre, nuestro creador. (Romanos 5:1) Esta paz es la que nos libera, la que nos da la alegría y la esperanza. Ésta es la Paz que Cristo da.

El Cristo, Príncipe de Paz .

El saludo de Cristo era: «Paz a vosotros» (Lucas 24:36); trajo salud para muchos (Mat 4:24); reconcilió a los judíos con los gentiles (Efe 2:14); educaba a los suyos a procurar la paz (Mat 5:9); reconcilió a la humanidad con Dios (Col 1:20) y restituyó el honor que Dios se merecía, pero la humanidad no se lo dio (2 Cor 5:18-19).